Un pajar como icono arquitectónico de Jesús Castillo

Diferente, única, sutil, especial. Ubicada en una pequeña aldea de Palencia, los 10 años transcurridos desde su transformación le sientan de maravilla, haciendo su diseño más vigente si cabe (en su momento la revista Wallpaper la incluyo en su ranking de las cien mejores viviendas del mundo).

Según explica el arquitecto en su web, la idea del proyecto era conseguir “la percepción de estar habitando en el interior de una ruina”. Por eso decidió que “la actuación debía moverse con sutileza dentro de unos espacios en bruto, con una intervención aparentemente mínima y, frente a lo existente, añadir elementos de importante significado material que evidenciase la precariedad de lo ya construido”.

El resultado es esta original casa de autor de 115 m2, llamada ‘La ruina habitada’, que combina una fachada aparentemente pobre con un interior contemporáneo por la que su autor recibió el II Premio de Arquitectura de Colegio Oficial de Arquitectos de León en 2006.

Los huecos de las ventanas son muy singulares ya que no van revestidos de la manera habitual. Castillo Oli afirma que “la carpintería domestica el hueco”. Por eso, desde el interior no se puede apreciar. “Recurrimos a despegarla de la fachada, colocando los vidrios en un plano desplazado 15 centímetros del cerramiento. Así, desde el interior no se notaría la carpintería. Con este artificio conseguíamos la percepción de estar habitando en el interior de una ruina. El material con el que se resuelven los cajones de chapa de la carpintería es acero corten. Sus óxidos y escorrentías en el exterior favorecerán el aspecto de abandono que se persigue”, dice el arquitecto.

Después de sus viajes a Japón diseñó un engawa para transmitir calma y tranquilidad cuando se entra en él al que se asoma una gran fachada de cristal blindado de 9 metros de altura para que desde dentro de la casa se pueda disfrutar también de ese espacio exterior. Gracias a esa fachada de vidrio, interior y exterior se convierten en un solo espacio.

Una vivienda única para sentir, tocar y disfrutar en el más amplio sentido de la palabra.