Evolución del mercado de lujo en Galicia

Fuente: La Voz de Galicia

Ünique, la inmobiliaria de lujo que vende la casa de tus sueños.

Con sedes en A Coruña y Vigo, acumula más de una década de experiencia en el sector, que le ha permitido vender medio millar de inmuebles por unos 270 millones.

En un refugio, en un oasis, en eso se está convertido Galicia para un número de personas que no deja de aumentar y que decide mudarse, de manera definitiva o durante largas temporadas, a las costas o a las principales urbes gallegas.

Así lo confirma Alberto Otero Rey, que, junto a Luis María Tourón-Figueroa, crearon Ünique. Era el 2013 cuando percibieron que el mercado inmobiliario comenzaba a moverse tras una crisis del ladrillo que había zarandeado y hundido a todo el país.

«Lo notamos primero en A Coruña. En Vigo tardó un poco más, pero fue casi paralelo. El sector comenzaba a moverse de nuevo. La demanda crecía y algún promotor empezaba a construir. El 2013 fue el punto de inflexión», precisa Otero que, junto a su socio, decidió lanzar una agencia diferente, centrada en inmuebles de alto valor, diferentes, únicos. En definitiva, de puro lujo.

La apuesta les ha permitido, en el período que va desde el 2013 al 2024, llevar a cabo unas 500 transacciones, con un volumen de ventas que supera los 270 millones de euros.

Defienden que si en algo querían que se diferenciara a Ünique era en un servicio de tasación impecable. Se sustentan en un departamento técnico que «aporta mucho conocimiento y valor añadido. Hemos pasado de las 10.000 tasaciones y siempre han sido de viviendas singulares».

¿Pero qué significa singular para Ünique?

Explican que por sus manos pasan desde pazos históricos, a pisos inmensos que se encuentran en el corazón de ciudades como A Coruña y Vigo, así como viviendas unifamiliares que ofrecen una arquitectura diferencial, única.

Se han especializado también en el mercado de la costa de las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo. Allí, sus clientes buscan casas amplias, desde las que ver el mar, sentir el aroma a salitre, vivir en calma.

«Siempre hemos insistido en esa conexión entre ubicación y arquitectura, y eso nos daba propiedades de alto valor», precisa Otero.

Ünique ha vendido inmuebles de todo tipo y precio, que han partido de algo menos de medio millón de euros a superar los cinco: «Los más caros fueron pazos muy singulares, o pisos en el centro de las ciudades con tamaños muy importantes y con calidades muy altas».

Con sedes en A Coruña y Vigo, admite que el perfil del comprador ha variado en la última década.

«Hay un comprador local gallego, que es la mayoría, pero también gente que tiene raíces aquí, pero que no vive en Galicia; a veces son de otros lugares de España o de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica», precisa Otero, quien reconoce que los extranjeros también han aumentado, especialmente tras el covid:

«Se ha incrementado ese mercado de clientes que compran y no viven aquí todo el año. Antes pasaban el verano, pero ahora han aumentado el tiempo que están en Galicia. A veces ya desde Semana Santa. Se pasan la primavera, el verano, el otoño... Eso también se traduce en que el presupuesto de inversión es mayor, ya que están dispuestos a una compra más alta al disfrutar de más tiempo de la vivienda».

¿Por qué ha crecido ese número de gente que quiere mudarse a Galicia?

Desde Ünique lo tienen claro: «El cambio climático ha afectado, de ahí que mucha gente descarte otros destinos dentro de España. También nos sorprende que existe una percepción muy positiva de Galicia, que crece cuanto más conocen esta tierra. Vienen a hacer turismo, repiten y al final se plantean vivir aquí», admite Otero, quien ve la demanda al alza, ya que no ha dejado de crecer desde el 2013:

«Galicia y el norte de España son zonas muy atractivas. El Mediterráneo, la costa andaluza y Canarias y Baleares siguen tirando muy fuerte, pero cada vez más gente está descubriendo Galicia».

Para quien pueda comprar la casa de sus sueños, Ünique puede cumplir ese deseo. Eso sí, deberá tener músculo financiero para afrontar un pago que, como mínimo, rondará el medio millón de euros.

¿Quién dijo que soñar saldría barato?